lunes, 11 de enero de 2010

¿El aprendizaje es algo trivial?

¿El aprendizaje es algo tan trivial que se puede observar y medir con base en unas simples preguntas a propósito de unos contenidos cualesquiera?

Antes que nada para responder esta pregunta necesitamos saber que significa “aprendizaje”, que implica y como afecta al individuo, para poder conocer la amplitud de este concepto.

Como premisa los modelos de aprendizaje señalan que durante el proceso de enseñanza-aprendizaje el alumno al aprender modifica sus conocimientos, actitudes, habilidades y valores de acuerdo a sus intereses y motivaciones de lo que desea. El nuevo modelo educativo se enfoca en formar seres humanos en: saber (cognoscitivo), ser (actitudes) y hacer (habilidades), con valores y criterios de colaboración y conductas éticas y sustentables. Además debemos considerar que nuestros jóvenes alumnos están en su desarrollo (físico y mental) y que el grado de aprendizaje esta sujeto a sus conocimientos previos y capacidades individuales. Si consideramos que los conocimientos lo construye el propio sujeto de acuerdo a su realidad en el momento de aprenderla; una evaluación holística sería casi imposible su diseño y de dudosa validez.

Hoy en día de acuerdo al modelo constructivista implantado en SEMS donde hacen énfasis en un aprendizaje significativo, colaborativo y situacional, el alumno construye su propio conocimiento con base a proyectos de investigación..

Sabemos que al aprender, el ser humano se transforma, si no fuera así, la evolución y la civilización no se explicarían (X. Vargas).

Si consideramos que un aprendizaje significativo es muy cuestionable porque depende de la apreciación del individuo y que algo significativo no implica una modificación cognoscitiva y actitudinal relevante, como puede ser el aprender un número telefónico de una persona apreciada, que es de interés y de significancia para el individuo pero de bajo valor cognoscitivo. De acuerdo a la investigación de
Xavier Vargas Beal (2005) esto nos lleva a reconocer al menos dos cuestiones fundamentales:
1) Que sea poco o muy significativo un aprendizaje no depende del maestro, ni de las estrategias educativas, ni del programa, ni de la institución, sino del propio interés del estudiante que por lo demás no puede ser “sembrado” como tal por el maestro; y
2) Que el desarrollo de las competencias formales no esteriliza el espacio educativo ni separa el proceso de enseñaza-aprendizaje universitario del resto de la dinámica personal del maestro y del estudiante.

La evaluación también tiene su complejidad, la cual se refiere al proceso de enseñanza-aprendizaje. Hoy se considera que:
a) Una evaluación auténtica no se reduce a examinar los saberes de los alumnos con respecto a los contenidos cognoscitivos, sino que debe incorporar un análisis y valoración de esos resultados.
b) Al examinar el proceso de la evaluación, no puede limitarse a lo que el estudiante ha hecho o dejado de hacer, sino que debe incluir: actitudes, habilidades y valores en lo relativo a su desarrollo práctico a lo largo de su formación.
Las evaluaciones deben realizarse con doble perspectiva: formativa y sumativa.
La evaluación sumativa se refiere a la evaluación que se hace con carácter final y para comprobar se han alcanzado los objetivos; supone una evaluación del rendimiento final.
La evaluación formativa nos referimos a una evaluación para detectar aciertos y fallos, en consecuencia para poner remedio a lo que va mal y optimizar lo que va bien; equivale a una evaluación de los resultados, la enseñanza, y el aprendizaje, es decir el desempeño del docente y de los estudiantes.

Aunque tiende a hacerse un paralelismo entre evaluación formativa y evaluación continua o de seguimiento y evaluación sumativa y evaluación final por otro; lo cierto es que son dos cosas diferentes. un proceso de enseñanza bien llevado a cabo requiere hacer evaluaciones al principio (evaluación inicial), durante el proceso (evaluación continua o de seguimiento) y al final del mismo (evaluación final), pero las tres tienen al mismo tiempo una dimensión formativa y una dimensión sumativa.

Por lo tanto no es nada trivial y sencillo evaluar el aprendizaje de los alumnos porque el aprendizaje no solo encierra el grado cognoscitivo de los contenidos temáticos, también constructo actitudinales, habilidades y valores.

referencia
Vargas Xavier(2005). El aprendizaje y el desarrollo de las competencias
Pere Marquès(1999). Concepciones de aprendizaje.
udinales, habilidades y valores.

referencia
Vargas Xavier(2005). El aprendizaje y el desarrollo de las competencias
Pere Marquès(1999). Concepciones de aprendizaje.

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